Lolol
Y su historia
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Lolol se encuentra a 215 km al sur de Santiago y al suroeste del Valle de Colchagua. Su origen se remonta a la época precolombina, cuando esta zona estaba habitada por pueblos mapuches del grupo de los picunches, definiéndose como asentamiento de tránsito hacia el siglo XVI. El poblado nace de los caminos que conectaban a pequeños núcleos rurales emplazados en la zona central de Chile, entre los valles del río Maipo y del río Maule.
Durante el siglo XVII, se crearon varias haciendas en todo el Valle de Colchagua; extensas fincas que el Rey de España concedió a sus conquistadores. De ellas, las tierras de Colchagua eran las más codiciadas por su clima, idóneo para la agricultura y la ganadería.
Tras la independencia de Chile en 1818, las familias más tradicionales del país construyeron varias mansiones en las haciendas de la región de Lolol, algunas de las cuales permanecen hoy en pie y forman parte del turismo local. Desde finales del siglo XIX y hasta mediados del siglo XX, la Hacienda Lolol y la Hacienda Santa Teresa de Quiahue desempeñaron un papel importante en la economía local.
En la actualidad, el triángulo fundacional de la localidad es un vestigio del antiguo camino colonial, donde se ubican amplios corredores exteriores, de carácter único y comunicados entre sí, que enmarcan las fachadas de las antiguas viviendas coloniales de adobe y techos de teja. Esto es representativo de la identidad de Lolol, donde la armonía del conjunto está dada por el respeto a un lenguaje arquitectónico común, que se concreta en el uso de materiales predominantes en la región, como la tierra, las tejas y la madera. En las casas encontramos elementos que se remontan al periodo precolombino, mezclados con características típicas de las haciendas españolas, conformando construcciones que unen la estructura de casa corredor con los muros de barda sobre los cuales se disponen las edificaciones, siendo aquellos un testimonio de la influencia incásica.
En el patio los árboles, el parrón y finalmente el huerto, define la esencia de un pueblo rural de la zona central del país. La localidad conserva además sus tradiciones rurales, como los rodeos y las carreras de caballos a la chilena, lo que hace que Lolol sea conocida como «tierra huasa».
En 2003, debido a la importancia de su patrimonio y a la protección de sus sistemas coloniales, cultura y tradiciones, Lolol fue declarado Monumento Nacional de Chile, en la calidad de Zona Típica y Pintoresca.
El terremoto de 2010 (8,8°) devastó la ciudad, destruyendo muchos de sus edificios. Pero gracias a la implicación de sus habitantes y a los recursos locales, Lolol pudo salvar su patrimonio con la reconstrucción, entre otras cosas, de la parroquia local y la reapertura del centro cívico municipal.
En la actualidad, la Hacienda Araucano se encuentra a sólo 3 km del centro de Lolol, lo que la convierte en un atractivo turístico.
Por Diego Vergara - Director de la Hacienda Araucano